Don Simeon Torrente.

Esta historia, cuenta las desventuras de la pobreza, es muy cómica, es total y parcialmente colombiana: se desarrolla en la capital de la república, en el siglo pasado. En cada momento de la historia por años se hace un paralelo a la situación política del país, su presidente o en su defecto los candidatos.

Este relato empieza hablando de la irónica diferencia que existe entre Simón Bolívar y Simeón Torrente. Hay que destacar, que esta obra también resalta la in-equidad social, porque los pobres son cada vez más pobres y los ricos son cada vez más ricos, para continuar con la divertida obra, esta empieza hablando en el capítulo II de los padres de Simeón, Don Epaminondas Torrente y Dona Edivigis Collazos, los cuales se conocieron y se casaron de un forma inusual, estos desde su luna de miel hasta la "gloriosa" nueva vida, tenían problemas económicos, ¿cuantos más problemas iban a tener con otra boca más que alimentar? El caso es que los pobres, según la historia, no consideran un hijo como la bendición de Dios o un "angelito", ellos lo consideran como un problema, porque su situación no amerita más gastos. También resalta que un niño pobre no es feliz, ¿Cómo lo será sin juguetes? En el próximo capítulo encontramos el particular nombre Simeón. Este se lo escogió su padre por el derecho que le da la constitución, entonces el pobre niño quedo marcado de por vida y su nombre se volvería un problema más adelante, hasta en el parto quedaron debiendo, este niño al fin y al cabo tuvo lo necesario, es muy curioso encontrar la parte donde dice que don Epaminondas, debía hasta la conciencia y coloco en su puerta un letrero en el que se declaraba conservador y que no tenía como pagar sus deudas, por lo que no había obligado a nadie a prestarle tampoco pagaría. Este niño iba creciendo, también iba creciendo la ciudad y también iban creciendo las deudas de sus padres, se llego el momento de la escuela y su padre tuvo que empeñar la espada para poder cubrir los gastos, en la escuela era el último en todo y era rechazado y nunca logro coger prestigio. Más adelante nos menciona la etapa de la pubertad, en la que empieza a cambiar de niño a hombre y en  la que se tienen diversos problemas, el conoció a su Margarita, pero sus suegros no dejaron entablar relación por culpa de la fama de su padre, al igual que su ideología política y religión. A la edad de 18 anos, este saca una linda frase: Las viejas cuentas no se pagan, y las nuevas se dejan envejecer.

Después comienza su empleo en la burocracia colombiana, de la cual nunca tendrá escapatoria, más exactamente en un juzgado, el cual lo lleva a elegir un presidente con más de 18 votos siendo menor de edad, luego termina en la cárcel, se muere su padre y se da cuanta 3 días después, causa por la que fue tentado por el demonio y  se caso con Librada. Tuvo 6 hijos y al igual que su padre tuvo deudas siempre. Su madre muere, la entierran en una obra de beneficencia, el se quiere matar pero la voz de Dios se le apareció en su hijo y le dio otro consejo diferente para que  no cometiera un error. Un día cualquiera, Juvenil Mejía, un hombre áspero y duro de corazón , procede a realizarle el embargo de su casa, pero este con perspicacia cambia el numero de la puerta y se salva, después se hace el enfermo y por ultimo decide hacer cartas para pedir prestado dinero a muchos ricos, pero solo uno le contesto para insultarlo. Sus hijos crecieron y se apartaron de su hogar, se volvieron malos y él en las vísperas de su vida, decidió pedirle prestados a Ezequiel (su mejor amigo) 400 pesos para asegurar sus honras fúnebres, este se los presta contacta una funeraria, pero hay 2600 pesos de diferencia, entonces decide redactar una carta y donar su cuerpo a la universidad nacional para que ellos se encargaran del cadáver, pero en especial de estudiar su cerebro y encontrar una razón de porque no se le ingenio ninguna idea para conseguir dinero y no tuviera que preocuparse por nada, el hizo el rito de su primera comunión con todas las de la ley, coloco sus manos como las de Cristo, y por eso don Simeón dejo de deber.

Cabe resaltar, que este personaje a pesar de su pobreza, hambre y tristeza siempre tuvo un apoyo en el señor y además que los pobres aunque no tengan la comodidad de los ricos disfrutan cualquier cosa por pequeña que sea. Y Don Álvaro Becerra, nos cuestiona sobre las obras que estamos leyendo, el humor también es una buena opción, y no solo en el terror se encuentra la diversión.